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Con bastante gusto, dije, aunque este retraso era insoportable. Significaba un recorrido hasta el arroyo helado y cristalino con nuestra jarra de agua. Apurando todo lo que pude, la llené y volví para localizar a Liz, desnuda salvo por sus zapatillas blancas. Estaba arrodillada dentro de nuestra tienda y alisando los sacos de dormir a fin de que nos tumbáramos. Le entregué la jarra y me quité la remera. Liz tomó una medida pequeña de agua y observó con aprecio de qué forma me bajaba los vaqueros.

Entonces empezó a besar su cuello, a morder un tanto y a chupetear delicadamente , toda vez que mordía, apretaba sus dos pechos y cuando chupaba, masajeaba un poco con la mano, dibujando círculos cerca del pezón. Podía sentir calor entre sus piernas, pero no era solo de ella, era mucho más bien de él, sus jugos habían goteado sobre él, empapando sus bóxers, se apretó contra él de forma fuerte , casi realizando que la penetrara a través de la lona.

Mientras miraba sus piernas, noté que se movía de repente hacia el sofá, y pensé que me había visto y trataba de ocultarse. La miré, y creí que parecía un tanto sonrojada. Algo preocupado, y al no tener hijos propios, le pregunté ¿Te encuentras bien?.. Pareces un poco febril , cariño. No se encontraba seguro de que debiese utilizar términos como cariño o amor. pero no podía evitarlo, era adorable y increíblemente hot al tiempo.

Esto no era el fuego del deseo sino más bien algo diferente , algo menos determinado , menos posesivo, lleno de una admiración de la fuerza en ella, su poder, su mujer y su persona. En este momento no había espacios. Bajo la dureza de su voz disfruté de su excitación. Su deseo la conmovía y podía verlo en su rostro y sentirlo en la determinación que tenía de crear un límite que no quería que yo cruzase.

Semeja que te gustan enormes , así que he traído a casa un nuevo amigo para ti. Te gustará. Piensa que está enfrente de ti en este preciso momento. Los dedos de Peter seguían deslizándose por su raja, cada vez más húmeda. Saca esas tetas del sujetador a fin de que logre verlas. Oh, tus pezones están duros, eso nos gusta. Súbete la falda. El pequeño parche de satén en la parte frontal y el cordón entre sus nalgas eran claramente perceptibles.

Su dura polla empujaba de manera lenta hacia abajo en su anillo, Steph gimió y le dijo que cogiese el lubricante. Se levantó y sacó el lubricante del cajón de la mesa de noche , cubriendo el radical de su poronga aplicó un tanto en su puerta trasera. Guiando su polla nuevamente hacia su orificio , Steph jugó con su clítoris mientras que la lenta presión empujaba la cabeza de su polla hacia su trasero. Los ojos de Steph se abrieron de par en par en el momento en que su puerta trasera se estiró a medida que la polla se abría paso dentro suyo.

Unas cuantas copas mucho más y te inclinas un tanto mucho más hacia mí, susurrando en mi oído con un rápido resbalón Saldremos de aquí. En el momento en que salimos de la discoteca y volvemos a mi turismo , te engancho el brazo a la cintura y tú respondes de la misma manera , inclinándote más hacia mí mientras paseamos. Entramos en el vehículo y cierras los ojos por un momento , lo que me hace preguntarme si andas borracha o adormilada. Apoyas tu mano sutilmente en mi pierna, conque decido arriesgarme y comienzo a conducir hacia mi casa.

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Eso es lo que pensé, pero cuando me puse en situación , me sorprendió ver que su agujero ya estaba abierto. No lo suficientemente grande, pero casi. Me alineé y empujé de manera lenta hacia adentro. Pero tan rápido como entré un poco , ella empujó hacia atrás hasta que estuve todo el tiempo dentro. Entonces empezó a subir y bajar a Carl y yo me metí en su ritmo. Carl fue el primero en correrse y luego Jenny comenzó a temblar y los 2 debimos sujetarla para que no se cayera de la cama.

Ella asimismo se se encontraba aproximando al clímax y un brusco agarre de sus pezones adjuntado con mi follada y su frotamiento del clítoris la llevaron al límite nuevamente. Joder, joder, joder, joder, gritó. Se convulsionó mientras un orgasmo le desgarraba el cuerpo. Su trasero se tensó impresionantemente mientras que su orgasmo continuaba , haciéndome llegar al máximo. Me introduje en ella hasta el fondo y me corrí, con su apretado orificio agarrándome por la base. Joder. Dije, jadeando poderosamente.

Stacy siempre y en todo momento había sido preciosa y, sinceramente , me sorprendió un tanto cuando aceptó aquella primera cita conmigo en el instituto y mis amigos se hicieron eco de ese sentimiento, en voz alta. Ahora , sin embargo , todos nuestros amigos nos ven como lo que somos: 2 personas que encontraron su alma gemela a una edad muy temprana. Claro, mi alma gemela resultó ser una bomba alta, delgada y rubia con una personalidad burbujeante y los ojos azules mucho más refulgentes que jamás hayas visto, pero no se trataba SOLO de eso.

A las mujeres les gusta los hombres adolescentes?

Con el paso del tiempo , mi mujer, Kimberly, comenzó a hacer viajes a unas partes del planeta que, francamente , no me interesaban. No me malinterpreten, nuestra relación era genial. En el momento en que estábamos juntos, éramos inseparables. Sólo que ella prefería mantenerse en movimiento, mientras que yo prefería establecerme en casa a lo largo de gran parte del año. Me encantaba la región en la que vivíamos, y gozaba estando en un espacio donde conocía a la multitud que me rodeaba y ellos me conocían a mí.

¿Me dejas tan rápido? Me agarró del brazo y me acercó para darme un beso. Me aparté y me incliné de nuevo y la besé con mucho más pasión. Mi lengua rozó delicadamente su labio y ella me devolvió la acción, envolviendo la mía con su lengua. Mientras que nos besábamos, tomé mi mano y toqué suavemente su costado. De manera lenta llevé mi mano a su pecho. Sujeté delicadamente su pecho. Aun con la camiseta y el sujetador, sus tetas eran excelentes. Me aparté de nuestro beso.

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Hice una pausa de un par de segundos y me metí el pulgar de la otra mano en la boca, lubricándolo con saliva, y después volví a trabajar mientras que deslizaba el pulgar por su perineo y lo apoyaba, presionando delicadamente contra su culo. Incrementando la presión de a poco mientras la frotaba, y se deslizó con facilidad para luego unirse con el movimiento de entrada y salida de mi otra mano mientras mi lengua se hacía mucho más estable en su clítoris y tardó solo unos segundos mucho más en correrse.