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La vivienda no se encontraba suficientemente lejos de los límites de la región para ver bien las estrellas, pero ciertas relucían a través del smog y la bruma. Cuando lo recordó más tarde , Aimee jamás estuvo segura de cuánto tiempo pasó antes de oír y ver algo moverse entre los arbustos. Donde había estado adormecida por el vino y el largo día, de repente se encontraba alarma. Se preguntó locamente sobre los comentarios de su Anna acerca de que la casa estaba algo así como embrujada.

pasé mis manos por encima de ella mientras follábamos. Acaricié su espalda y tiré de sus pezones. Pasé mis manos por entre sus piernas y mojé mis dedos y los deslicé sobre sus labios. La separé , sentí como mi poronga entraba y salía de ella. Empecé a deslizar la punta de un dedo hacia adelante y hacia atrás sobre su clítoris al son de nuestras embestidas y, de pronto , ella se agitó y empujó contra mí con tanta fuerza que casi perdí el equilibrio. Me miró y me di cuenta de que se corría.

Era la primera oportunidad que acampaba en la playa de Oregón, y le encantaba de qué manera las montañas verdes y firmes bajaban hasta las grandes dunas de arena y al final se aplanaban en la amplia y extensa playa. El sol de agosto había sido suficientemente caluroso ese día para que tengan la posibilidad de tumbarse y tomar algo de vitamina D sobre sus mantas en la playa casi desierta. Las aves marinas y ciertas parejas que paseaban ocasionalmente por la playa eran su única compañía.

Stacy siempre y en todo momento había sido preciosa y, con sinceridad , me sorprendió un poco en el momento en que aceptó aquella primera cita conmigo en el centro y mis amigos se hicieron eco de ese sentimiento, en voz alta. Ahora , sin embargo , todos nuestros amigos nos ven como lo que somos: 2 personas que hallaron su alma gemela a una edad muy temprana. Claro, mi alma gemela resultó ser una bomba alta, delgada y rubia con una personalidad burbujeante y los ojos azules más refulgentes que jamás hayas visto, pero no se trataba SOLO de eso.

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Un hombre está tocando tu pecho. Sé lo bastante que te gusta eso. Es una especie de interruptor de encendido para ti (del que me encanta abusar) y sé que tu coño está empapado, ya que te retuerces poco a poco bajo sus manipulaciones. Tus ojos se cierran mientras las sensaciones te inundan , aunque quieres seguir observando a la mujer gritona y hermética que tienes enfrente. Ella está tomando una gran polla en su trasero ahora y aparentemente no tiene la posibilidad de tener bastante.

Mi polla empezó a expandirse y a ponerse recia. Cuando las chicas pasaron a mi lado hacia la casa , la mayor apreció que mi herramienta desnuda empezaba a alzar la parte de abajo de mi bata y a mostrarse. Observé de qué forma sus ojos inspectores se abrieron completamente con sorpresa. Entonces me percaté de mi exposición y de manera rápida me di la vuelta y me cubrí mientras murmuraba mis disculpas. La mayor soltó una risita tranquila y miró con un brillo en los ojos mientras que me empujaba hacia los vestuarios.

El acto por sí mismo habría sido, sin duda , excitante, pero en el contexto de que era la lengua del marido de mi hija la que estaba haciendo esta primera exploración de mi rincón mucho más secreto , se sintió especial y deliciosamente libertino, sin dejar de generar otro clímax emocionante y chillón, seguido de diez o veinte segundos en los que no pude realizar nada más que jadear y escuchar de qué manera se calmaban mis acelerados latidos.

Volvió a agacharse y, lugar desde el que yo estaba escondido, la vi abrazarse al lateral del tractor de la cargadora como si fuera su único protector. ¿Quién está ahí? ha dicho finalmente , asomando solo su frente sobre el capó del tractor. El dueño de ese gas que andas robando. No lo estoy robando. ¿Ah, sí? Lo que tú llamas lo que haces. Estoy. Estoy. Estoy. Estás robando gasolina, eso es. No, no lo estoy haciendo. Sólo la estoy tomando prestada. Mierda de toro, pequeño ladrón de gasolina.

A las mujeres les gusta los hombres niños?

Si bien la energía diésel se estaba imponiendo rápidamente , proseguíamos usando varias máquinas con motores de gasolina. Y ahí estaba uno de nuestros costes : El robo de gasolina. Los ladrones no incordiaban mucho a nuestros vecinos que se habían pasado al gasóleo (por el hecho de que el gasóleo atasca los motores de gasolina), pero como cada vez eran menos los agricultores que llevaban tractores de gasolina, cada vez había más presión de hurto de gasolina sobre nuestros tractores y el suministro de comburente que les guardábamos.

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Me desvestí velozmente mientras ella esperaba , y después la ayudé a bajarse los pantalones. Volvió a ponerse los tacones colorados , que combinaban de manera perfecta con el colorado intenso de su polla. Se quitó el top y el sujetador y se quedó solo con los tacones y el arnés. Acercándose a mí, pude sentir sus duros pezones contra mi pecho mientras nuestras recias pollas se frotaban la una contra la otra. Ella tomó una en todos y cada mano y las agarró de forma fuerte en las bases.

Cuando me desperté con el sonido de un helicóptero Blackhawk volando sobre mí, me puse lentamente de lado y me hallé prácticamente cara a cara con la comandante de mi batallón, la teniente coronel Samantha Blackburn, que se encontraba tumbada en cama a mi lado. Tenía los ojos abiertos , se encontraba lúcida y los dos estábamos totalmente desnudos. Tardé múltiples momentos en recobrar la orientación y rememorar dónde se encontraba y todo cuanto había ocurrido la noche previo.