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Esto no era el fuego del deseo sino algo diferente , algo menos determinado , menos posesivo, lleno de una admiración de la fuerza en ella, su poder, su mujer y su persona. Ahora no había espacios. Bajo la dureza de su voz disfruté de su excitación. Su deseo la conmovía y podía verlo en su rostro y sentirlo en la determinación que tenía de hacer un límite que no quería que yo cruzara.

Me apartó las manos y me agarró de manera fuerte de las caderas. Sin previo aviso, se abalanzó sobre mí hasta dejarme lleno. Sin preocuparse por mi tranquilidad , comenzó a ingresar y salir de mí hasta el momento en que consiguió aflojar mi culo lo bastante como para poder ingresar absolutamente en mí. El ruido de sus caderas contra mi trasero era el único sonido mucho más fuerte que mi respiración mientras que me agarraba a las sábanas y soportaba , bailando de puntillas, su brutal asalto a mi culo.

Si Sres, la situación para mí era incómoda y culpable, pero aspecto importante , no perdía aspecto de lo que ocurría en la cama , suspiros profuendos de mi mujer, jadeos, chillidos de placer , ver como sus piernas tremían de placer , ver como sus piernas se abrían de par en par arqueando sus pies de gozo y abrazando sus piernas al cuerpo del hombre, sentía el ruidito acuoso de sus genitales, ver como penetraba ese integrante en su cuerpo.

Con mi calibre 12 cargado en la mano, me arrastré hasta el cobertizo de las máquinas donde normalmente aparcábamos el tractor cargador cada noche. Una cosa voy a decir sobre Francine: Ella nunca logrará ser una ladrona furtiva. ¡Dios, esa mujer era ruidosa! Pero supuestamente había sacado algo de gasolina del tractor de carga, bastante para atestar una lata de 5 galones, y había comenzado a atestar la segunda. Cogí una piedra del tamaño de una pelota de béisbol y la lancé contra el otro lado del edificio de hojalata.

El único historial que tiene es el de ser un ruidoso ladrón de gas, y uno malísimo. El suelo por ahí parece que has desperdiciado tanta gasolina como has metido en tu lata. Sí, sospecho que sí. Asimismo apesta. Eso ha sonado a derrota. Lo hiciste. Dejé el ¿y ahora qué? colgando en el final de eso. ¿Simon? Tú eres Simon, ¿no? ha dicho ella, acercándose ahora , y viendo hacia arriba. Me esforzaría por ser amable contigo, enserio que sí.

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Mientras que su orgasmo se afianzaba , sintió que el pulgar del tipo abandonaba su trasero y que un trozo de saliva aterrizaba en su agujero. Sabía lo que le esperaba y también instintivamente abrió su redondo culo con ambas manos, dando a su pareja de una noche una clara visión de su perfecto y apretado culo. Él dejó de follarla y ella sintió su cabeza de hongo presionando su trasero. La frotó a lo largo de unos segundos antes que la cabeza se deslizase con un chasquido.

Mientras miraba sus piernas, noté que se movía de repente hacia el sofá, y creí que me había visto y trataba de esconderse. La miré, y pensé que parecía un tanto sonrojada. Algo preocupado, y al no tener hijos propios, le pregunté ¿Te encuentras bien?.. Pareces un tanto acalorada , cariño. No se encontraba seguro de que debiera emplear términos como cariño o amor. pero no podía evitarlo, era adorable y extremadamente sexy al tiempo.

Me sacudí la angustia y no pregunté por su comunicación. Pero una semana después , un sábado durante la noche , se acostó tarde. Había estado sola en la planta baja durante un buen rato. Cuando subió dijo que K había escrito. Algo en su expresión me mencionó que se encontraba a punto de oír algo importante. Las luces estaban apagadas. Había encendido una vela. Se tumbó de espaldas en la cama , todavía vestida, encima de nuestra fina colcha de algodón.

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A las mujeres les gusta los hombres jovenes?

Estaba a punto de decir que probablemente le dice eso a sus ex- novias, pero sus expresiones la habían conmovido. Fuera genuino o no, ella las tomó tal y como si fuesen tan auténticas como la sal. Imaginaba que lo tomaba como un reconocimiento de su fallo , por distanciarse de ella cuando su deseo por él había sido rapaz y tan crudo como un corte fresco. Él había admitido lo que años atrás ella había aguardado que fuera cierto. Le hizo llorar.

Stacy siempre y en todo momento había sido preciosa y, con sinceridad , me sorprendió un poco cuando aceptó aquella primera cita conmigo en el instituto y mis amigos se hicieron eco de ese sentimiento, en voz alta. Ahora , sin embargo , todos nuestros amigos nos ven como lo que somos: dos personas que hallaron su alma gemela a una edad muy temprana. Claro, mi alma gemela resultó ser una bomba alta, delgada y rubia con una personalidad burbujeante y los ojos azules más refulgentes que jamás hayas visto, pero no se trataba SOLO de eso.

Gimió con su coño en él. Señalando que precisaba su polla en ella. Pero él mencionó que no. Y la puso de rodillas. Su culo en el aire. Ella siente un doloroso tirón. Y oye un chasquido. Su tanga es arrancado de su cuerpo. Y antes que el aire frío pueda siquiera golpear el interior de su grieta. Ella siente su boca en lo profundo de su trasero. Festejando por todos lados. Haciendo un trabajo la punta de su lengua en el orificio de su culo palpitante.

La tarde de finales de julio era calurosa y brillantemente soleada cuando Elizabeth y yo regresamos a nuestra tienda. Llevábamos fuera desde el desayuno, disfrutando de un sinuoso recorrido que nos llevó por claros boscosos, pasando por una cascada y bajando hasta el río. Teníamos la zona para nosotros solos, ya que tenía que ver con un enorme trozo de lote estatal y no de una zona de acampada oficial. Para nuestro fin de semana juntos, sencillamente aparcamos el turismo , nos adentramos en el bosque y nos instalamos.